lunes, 19 de octubre de 2009

Indignado

Estoy sin ganas de escribir. Y pocas cosas al parecer me motivan para hacerlo… y hoy ocurrió una de ellas, una que sacó todo lo cabrón que tengo dentro.
Nunca participé en política, si llamamos participar a algo más que ir a votar religiosamente cada vez que se presentó oportunidad. Si intento encontrar algún motivo por el cual no lo haya hecho, me surgen muchos y a montones: porque no me siento representado por ningún partido, porque creo que para finalmente llegar a algo siempre se termina transando, porque creo que son siempre los mismos y nunca van cambiar y un sin números de etcéteras. Más allá de esto, argumento siempre que puedo y defiendo la postura de los que sostienen que no alcanza con sólo quejarse y que para cambiar las cosas hay que involucrarse.
En diciembre del 2001 era uno de los que puteaba a la cómoda clase media argentina que sólo agarraba las ollas para reclamar por sus ahorros congelados, pero que nunca fue capaz de hacerse oír ante atrocidades muchísimo más graves.
En el 2002 me quedé sin laburo durante largos seis meses, principalmente gracias al amigo Fernandito y su helicóptero, muchos años antes y sin consecuencias mayores a perder unas vacaciones, en el ’89 la familia entera sufrió el congelamiento del plazo fijo que financiaría los 15 días de vacaciones en Mar del Plata.
Nunca fui a una universidad pública, por lo que tampoco participé de las “charlas” de los distintos delegados paseándose por las aulas ni mucho menos fui miembro de las asambleas populares post-corralito.
Sin embargo, hoy a la mañana, el texto de un señor que ayer a la noche supongo que se sentó a escribir como le estoy haciendo yo en este mismo momento, me hizo plantearme que quizás este sea el momento en el que realmente tendré que hacer algo.
Subí al subte en la estación Carabobo, y por uno de esos guiños maravillosos del destino quedaba un asiento libre, y abandonado sobre la madera curtida de tantos años, un ejemplar del día de hoy del diario “El Argentino”. Hace algunos meses atrás había ojeado uno, y el tinte oficialista se notaba claramente, pero lejos estaba de ser la propaganda burda en el que se convirtió en la actualidad. Ya un tanto asqueado, llegué hasta la contratapa. Y ahí me encontré con esto que realmente no puedo calificar como nota. Lean por uds. mismos:
http://www.elargentino.com/nota-62359-La-paz-es-una-categoria-politica-de-los-pueblos.html
Realmente, este gobierno ya me sorprende por el nivel de corrupción que ha alcanzado. Tan grande es que ni se molestan en ocultarlo. Jamás pensé que iba a llegar a leer algo tan patéticamente burdo.
Me indignó.