viernes, 24 de abril de 2009

Viaje a Houston - Día 2


Empieza el show. Se acabó el paseo, hay que poner el pecho a las balas y salir al verdadero motivo por el que estoy acá. El curso.
Estamos convocados a las 7 de la mañana para el desayuno, me levantó a las 6 como para tener tiempo de prepararme. Me plancho la camisa (en la habitación te dejan una plancha, una tabla y apresto), me afeito, me baño y a las 6.45 estoy listo.

Bajo y no veo a nadie conocido. Empiezo a recorrer las mesas, pispeo un poco lo que hay para desayunar y finalmente me decido a sentarme en una mesa rodeado de completos desconocidos. Me preguntan de dónde soy: balbuceo que de un partner de Argentina. Me dicen un montón de cosas que apenas entiendo y me tiran una pregunta. Les pido que me la repitan, y les contesto de acuerdo a lo que entendí. Supongo que no fue lo que preguntaron porque se me quedaron mirando como diciendo: este tipo es pelotudo o sordo? Creo que también barajaron la posibilidad que no entiendo bien inglés.
Empiezan a caer los argentinos, por supuesto casi sobre la hora que teníamos que terminar de desayunar. Me prendo cual garrapata al lado de alguno y arrancamos para el salón principal.
Los yanquies la tienen clara para estas cosas: organización, buenas presentaciones, algo de show... y el aire acondicionado a -15 grados para que te sea imposible dormirte!
Nos dan la bienvenida, nos hacen parar a los partners de todo el mundo para agradecernos que estemos ahí (eramos algo así como 70 personas de partners sobre los 600 invitados, y algo más de 30 éramos de latinoamerica, yo él único de Argentina).
El oído se empieza a acostumbrar, y los presentadores se ocupan de hablar a una velocidad normal y modulando bastante. Entiendo casi todo y ya me siento Shakespare. Salimos al break, me vuelvo a sentir Tarzán. Me cruzo a la Partner Manager mundial, que la conocía de uno de sus viajes a Buenos Aires. Me habla durante 5 minutos sin parar, supongo que no me pregunta nada porque no para de hablar ni me da espacio para que meta respuestas. Cada tanto balbuceo algunos "yes, of course", "yes, I agree", "yes, very important". Parece que están muy bien mis acotaciones, no para de sonreírme y la vienen a buscar para que siga hablando con otra gente.
Empieza mi relación de amor-odio con el café yanqui.
Seguimos así hasta la hora del almuerzo. El mismo se sirve en el mismo lugar que el desayuno con el mismo sistema. Mesas para servirte en los costados del salón y mesas para sentarte libremente donde quieras, rodeado de gente. Esta vez soy yo el que llega tarde y ya estaban ocupados los 12 lugares de la mesa donde se sentaron los argentinos, nuevamente almuerzo rodeado de yanquis. Esta vez, para evitar diálogos incómodos me dedico a leer el diario en mi Iphone, intercambiar movimientos con la cabeza cuando alguno saluda o nos desea buen día, y termino rápido de comer para ir a tomar un poco de aire. La tarde va a ser difícil.
Mucho frío, más charlas, tengo sueño, tengo más frío, me estoy freezando. A las 17.30 después de dos reparadores breaks de 15 minutos, se termina el primer día.
A las 18.30 empiezan a servir la cena. Los argentinos, que no nos gusta cenar tan temprano, nos hacemos los locos y nos vamos a un supermercado (tipo Jumbo + Easy) que hay a 5 cuadras del hotel porque dicen que tienen una variedad de cosas enormes y a muy buen precio. 
Vamos caminando... y esta gente acá no camina. Casi no hay veredas, y cuando desde sus autos te ven caminando piensan que estás drogado o sos un indigente.
El supermercado es IMPRESIONANTE! Tiene de todo... es como la combinación de un Garbarino + Musimundo + El Mundo del Juguete + Falabella + Zara + Farmacity + lo que se te ocurra. Hay de todo. Compro un montón de pelotudeces por 5 o 10 dólares y cuando llego a la caja, pago chocho $110.- por un montón de regalitos. 
Volvemos al hotel a las 19.25. Dejamos las cosas en la habitación, y sintiéndonos los más cancheros del mundo nos vamos para el comedor. Pasaron las langostas. Las mesas de comida están semi-desiertas, los latinos e hindúes que sirven la comida caliente nos miran con cara como "hermanito, acá ya no queda nada". Agarramos un plato y empezamos a recolectar las sobras: una especie de mini-taco, algo así como ensalada cesar, un brownie a modo de postre, nos pedimos unas cervezas. A las 19.55 empiezan a levantar todo, y a las 20 (como decía la agenda) se terminó la cena. 
Eran las 8 de la noche y ya no había nada. La gente se empezó a ir para el bar del hotel, yo estaba pasado de sueño y no daba más. Me chupó un huevo la hora y me fui a la habitación. Ordené un poco el quilombo que había dejado, me conecté a internet, hablé con mi hija por teléfono y  las 21.30 estaba durmiendo.

Continuará...

4 comentarios:

ABCCATita dijo...

Espero que ahora si me entienda un argentino cuando les digo que en Norteamerica no cenamos, mas bien comemos antes de las 5pm, y no me quieran atascar a las 9 o 10pm con una cena de tres tiempos...
Tu segui comprando boludeces que cuando vas a los "States" (como asi le decimos) es lo mejor...
Lo del aire acond, es normal y si es para que no te duermas y estes alerta... jejeje
Bye!!!

TucuMala dijo...

le aflto sal y pimienta al relato... puede ser?

esperaremos la segunda parte!

TucuMala

Blonda dijo...

ESta buena la oportunidad.Al menos salis de la rutina, aunque Trazanees y te pelees con el cafe.

Peor seria estar en el microcentro evitando a los oficinistas!

Besos!

Cherry dijo...

jajajaja es buenisimo hablar con los hindues no les entendes una goma el primer dia o dos, ya despues es facil.

Yo me la paso hablando con yankis, escoseses, ingleses e hindues todos los dias con mi ingles cara dura!

Y pensé que cuando decías que se hacian los locos, se compraban comida en el super!