miércoles, 3 de diciembre de 2008

Delfo Cabrera

A partir del blog anterior y de un comentario de Lali haciendo referencia a que quizás terminaba corriendo maratones no pude evitar recordar mi breve y frustrante incursión en el mundillo de los deportes aeróbicos.

Durante mi anterior experiencia gimnástica, que como ya conté duró aproximadamente un año, con mucho empeño y fuerza de voluntad, llegó un momento en el cuál creí que estaba listo para demostrarles a todos que la actividad física era parte de mi vida. Y así como de la nada, llegó la invitación para inscribirme en el maratón Accenture, que más allá de la demostración de habilidades pedestres me permitía ganarme una remera dri-fit de Nike por el sólo hecho de anotarme.

La carrera fue apenas había arrancado el gym, fuimos a los bosques de Palermo muy tempranito con mi hija, ex-mujer, mi hermana, mi cuñado y mi primo. Mi hija iba con apenas 6 meses muy cómodamente sentada en su cochecito y la idea era que la parte masculina de la familia demostrara toda su capacidad deportiva mientras que la rama femenina pasearía con el cochecito con la idea de terminar la carrera sólo por la remera del final.

Mis errores comenzaron desde la vestimenta, unas zapatillas Puma muy bonitas pero con menos suela que una pantufla. Luego, la entrada en calor. Mientras me mofaba y reía de todos los boludos que hacían entrada en calor al ritmo de la animación de Ronie Arias me dediqué a mirar chicas en calzas y promotoras. Al ratito de estar, llegó el momento de la largada. Nos ubicamos por donde pudimos y arrancamos caminando, porque había muchísima gente. Iba en el medio de mi cuñado y mi primo y dándoles consejos como si fuera un deportista olímpico. A los 500 metros ya no podía cambiar el aire, a los 800 metros me entró un dolor en el costado y ya puteaba por no haber desayunado, a los 1000 metros me dolían los pies, a los 1200 metros les pedí que bajáramos el ritmo…  y a los 1500 metros me tiré a un costado en el pasto dando tanta pena que hasta me vinieron a asistir preguntándome si me sentía bien. La vergüenza no fue lo suficientemente grande como para impedirme ir hasta la carpa donde entregaban las remeras de Nike.

La segunda fue cuando ya hacía unos meses que corría, en la cinta del gimnasio llegaba a los 5 o 6 km (no sin esfuerzo pero casi dignamente) pero ahí descubrí que es muy distinto correr en cinta a correr en calle.

La carrera era “la maratón de los call center” y como la empresa en la que trabajaba era auspiciante, le propuse a RRHH que promocionara la carrera entre los empleados y que armáramos un equipo oficial de la empresa para representarla. La empresa gentilmente abonó la inscripción por nosotros y nos dió a cada uno una remera pedorrísima de algodón que adelante y atrás tenía el logo (tenía la esperanza de hacerme de arriba con otra dri-fit). Esta vez aprendiendo de mis errores me llevé las zapatillas con la que corría en el gimnasio pero me negué (una vez más) a hacer movimientos de precalentamiento.

Esta vez la actuación fue bastante más digna. De más está decir que como fui con varios compañeros de trabajo y 2 específicamente de mi sector, hubo apuestas varias sobre quién llegaría primero de nosotros.

Llegué con los bofes en la mano, estaba a punto de abandonar cuando me faltaban 1000 metros hasta que vi a un gordo desahuciado de mi empresa que me pasa por al lado y me dice "vamos que ya no falta nada"... y ahí algún tipo de fibra íntima se habrá tocado porque me sentí como Rocky en los escalinatas de Filadelfia y ya sin aire, con dolores en todos lados, transpirado hasta en las partes más íntimas logré pasar al gordo faltando escasos 50 metros y crucé la línea de llegada al borde del colapso cardiológico. Mi viejo, que me esperaba del otro lado, me contó al rato que cuando crucé la meta estaba pálido como nunca en mi vida y que venía boqueando como pez fuera del agua.

De más está decir que de los 3 del mismo sector llegué último cómodo.

PD: Delfo Cabrera fue un importante atleta argentino que logró la medalla de oro en Maratón en los JJOO de Londres 1948. Y lo más importante es que representaba al glorioso Club San Lorenzo de Almagro.

10 comentarios:

Vasquita dijo...

Juaaaaaaaaa me muerooo!!
Me hizo recordar a los “cross” del secundario, los malditos maratones de resistencia!
Mi gran hazaña fue un año que no solo llegue a la meta sino que salí como numero 40….
Pero me costo caro!
Porque los profesores tuvieron la descabellada idea de mandarme al cross intercolegial, y digo descabellada porque a nadie en su sano juicio se le ocurre mandar a representar al colegio a una alumna que pesaba 73kg midiendo 1.63mts :-s

Así fue que a la vuelta y media empecé a fabular dolores de renguera para abandonar la carrera de una forma mucho mas digna que ser mi exceso de peso y falta de resistencia!
A ver si soy clara…. Detestooooo la resistencia, no nací para eso!!

Lali dijo...

Y si en vez de la palabra "maratón" se me cruzaba "Cascanueces" ... nos hubiésemos reído más??

Jajaja!

Excelente el post, me encantó, y ahora sí te pongo fichas, no sabía de tus antecedentes!!

El Tano dijo...

Vasquita: grosa experiencia. Esas son las alegrías que generan consecuencias inesperadas, yo odiaba el Test de Cuper.

Lali: si decías cascanueces te hubiera contado de la vez que fui a la costanera sur a ver ese ballet y sacar fotos una noche de verano del año 2006 justito antes de separarme. Pero no creo que me hubiera salido igual de gracioso...

TucuMala dijo...

jajajaj


esto es efecto verano, todo el mundo quiere ha cer algo por su cuerpo! Estas son las consecuencias! jajajaj

tucuMALA

El Tano dijo...

puede ser que sea efecto verano, pero es más "efecto me enfermo cada 15 días".

Blonda dijo...

Jajaj, creo que deberías plantearte seriamente si tu poca habilidad deportiva no se debe a la desconcentración causada por las minitas en calzas (en tu post anterior también mostraste la hilacha).A las minas miralas en el boliche o en Florida, pero cuando hay que hacer deporte mirate las rodillas.Actitud, vamos que usted puede!

besos

LDB dijo...

Juaaaaaaaaaaa.
Yo el lunes anterior al pasado... corrí casi 3 vueltas a palermo y camine 2, que tul?

Eso sí, el lunes pasado caminé todo porque me dolia hasta el pelo. Pero está bueno hacerse el deportista. beso

Opinologa autorizada dijo...

tano ahora si me preocupo, call center, espero que no del que yo trabaje ajajaj

Siemrpe odie correr asi que al menos por tu actitud yo te felicito, sin importar en que lugar llegaste

Amanda Gris dijo...

comente equivocadamente en el anterior:

"Iba en el medio de mi cuñado y mi primo y dándoles consejos como si fuera un deportista olímpico. A los 500 metros ya no podía cambiar el aire, a los 800 metros me entró un dolor en el costado y ya puteaba por no haber desayunado, a los 1000 metros me dolían los pies, a los 1200 metros les pedí que bajáramos el ritmo… y a los 1500 metros me tiré a un costado en el pasto dando tanta pena que hasta me vinieron a asistir preguntándome si me sentía bien" juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
no tiene desperdicio!!!

Excelente post!!
Me hiciste morir de risa...
A parte, te re veo, tano creído, dando cátedra de como se corre y demases y el cuadro siguiente, llegando a rastras al final!! jajaj

no hay nada peor q el dolor de ego amigo...!

Anónimo dijo...

Jajajajajajaja. Buenisima anecdota! No se como pudiste llegar, yo me hubiese cansado solo de ponerme los tenis.